lunes, 30 de abril de 2007

Condicionados por nuestros genes

Tom Wolfe nos introduce en los secretos de la ciencia gracias a la seriedad del "nuevo periodismo" y una pluma ágil y valiente. En su libro "El periodismo canalla y otros escritos" nos habla de un concepto innovador y revolucionario dentro de la ciencia. Esta es la neurociencia cuyo máximo investigador es el entomólogo estadounidense Edward O. Wilson.
Basicamente la neurociencia es el estudio del cerebro y el sistema nervioso central que basada en fotografías del cerebro humano durante ciertos estímulos logró deducir que nuestro comportamiento depende más de nuestro genes y millones de años de evolución(reafirmando el pensamiento de Darwin) mas que el pensamiento predominante del siglo XX, que defiende al estímulo como causante de nuetros actos, amparado en los estudios de Freud, el conductismo y la irrupción del Marxismo.
Pero la neurociencia tomo carácter de "maldita" debido a la oposición de grupos activistas, como el feminismo. Pues dice que el trabajo diferenciado no proviene arbitrariamente del machismo, sino que es producto de millones de años de actividad. También chocó con grupos "defensores de la vida" que ven con malos ojos el estudio en grupos de niños con un historial genético tendiente a la delincuencia.
La neurociencia tiene un enemigo aún mayor que estos grupos:la iglesia. Pues defiende la idea de la inexistencia del alma y el espíritu, que concebía como producto de conexiones neuronales dependientes del cuerpo.
La tábula rasa de Aristóteles no existe para la neurociencia, ya que esta dice que no llegamos al mundo en blanco, sino que somos un negativo que puede ser revelado bien o mal.
"No podemos ir contra la naturaleza" es la consigna.A pesar de la moralidad que anhelan algunos, nuestros genes nos dicen que elecciones tomaremos y determinan conductas como que: los machos somos infieles por naturaleza debido a la necesidad de continuar la especie ; las mujeres en su adolescencia son promiscuas debido a estar en edad fértil; la mujer elige al macho alfa debido a que pueden cuidar mejor a las crías; la emoción va antes que el pensamiento y muchos actos "amorales" que se deben entender con una perspectiva científica.
La neurociencia también nos entrega una triste realidad.El cerebro humano tiene un límite que aunque pasen millones de años de evolución no logrará cruzar. Nunca entenderemos la vida en su totalidad. Lo que hace entender las torres de teorías filosóficas y conocimiento que caen y nunca vuelven a levantarse.

1 comentario:

nickbeta dijo...

buen comentario, me gusto mucho....