sábado, 7 de abril de 2007

Otras voces, otros ámbitos

La primera novela de Capote trata de la búsqueda adolescente de una identidad.Es la busqueda de un espejo en la figura potente de un padre y fortalecer ingenuamente el ego. Pero desde la falta de conexión de apellidos entre un Knox a un Samson, queda claro que esta búsqueda es infértil y el padre sigue siendo un fantasma que ahora se deja ver en su lejanía.
La prolijidad lírica de Capote impresiona debido a la edad que tenía al escribir su primer libro(23 años). Un lenguaje sensual rayano en lo barroco junto a una profundidad inusual a esa edad me produce una sana envidia.Los sueños juveniles son escupidos al papel sin remordimientos y son un punto escencial dentro del contexto.
Su circo de personajes (la asombrosa Idabel junto al afrancesado Randolph y los negros supersticiosos),junto a un exquisito humor(que se agradece), son inherentes a Capote. Y se transforma en su impronta literaria que me hace gastar sin sentimientos de culpa cada último peso en su obra.
¿Recomendable?...¡Por favor!¡Es Truman Capote!

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